Qué te dijo el Doctor? – “Nada. Ese Señor parecía no escucharme, ni
siquiera me miró!”
Esta es, en resumen, una de las quejas más comunes que hoy en día
expresan los pacientes acerca de sus médicos.
Y es que en un mundo donde todos hablan, pocos dicen algo y casi nadie
escucha, cada paciente ávido de respuestas a sus interrogantes y solución para
sus dolencias, espera encontrar en su médico a alguien que sobresalga en la
tarea de escuchar al otro.
Estos renglones reflejan mi cuestionamiento ante la necesidad de
rescatar en el ejercicio médico el arte de escuchar bien. Los médicos de hoy
deberíamos ejercer como en los tiempos en los que el reloj servía para contar
el pulso o el número de respiraciones y no para saber cuando terminar la
consulta. Escuchar era vital porque el “ojo clínico” requería la ayuda de unos
oídos atentos.
Es cierto que las camillas de urgencias no se diseñaron para descansar,
ni las sillas del consultorio fueron creadas para sostener largas y amenas
charlas. Sin embargo, del buen interrogatorio del galeno y de su examen
minucioso surgirá el nombre que recibirá cada dolencia: el "diagnóstico
médico". Es por eso que una de las cosas más urgentes en las clínicas y
hospitales ha de ser atender de la mejor forma a quien nos necesita. Los
médicos debemos sobreponernos a nuestras propias dolencias, fatiga y
preocupaciones. Cuando el galeno deja ir la solidaridad y la compasión por su
paciente también ve alejarse el arte de saber escucharlo. En adelante, el
fracaso será inminente y la relación con el enfermo estará más enferma aún.
Un paciente generalmente experimenta aumento de su malestar en la sala
de espera. Lo que menos anhela es entrar al consultorio para ser interrumpido
por su doctor y que éste ni siquiera intente comprender por lo que está
pasando. Con nuestra actitud podemos crear la sensación de no parecer
importarnos quien está frente a nosotros. El médico debe escuchar a su paciente
con cuidado y empatizar con su situación. Acaso hay alguna razón válida para
que el médico bloquee su capacidad solidaria? Tiene justificación dejar de
llamar al paciente por su nombre y remplazarlo por “este es el abuelo con
neumonía” o una vez hospitalizado “el diabético de la cama uno”? No es justo.
No es correcto. Lo mejor para todos sería que los médicos fuéramos buenos
oyentes a diario.
Si “cada cabeza es un mundo”, cada paciente es distinto. Por eso, la
fórmula de medicamentos surge al final del encuentro entre medico y paciente.
Para que nuestros pacientes cumplan la formulación y mejoren hay una receta:
escuchar antes de hablar y escribir. Con preocupación veo como se ha
generalizado el temor a los médicos porque no dejamos hablar al enfermo; muchos
pacientes hablan con voz suave, tímida y vacilante, con la esperanza de ser
escuchados y poder descargar en su doctor el peso que les representa el haber
perdido la salud. Esa carga que lleva cada enfermedad no es algo que dependa de
la condición social, económica, de la ideología, ni credo: estar enfermo es
desgastante y nadie mejor que una persona enferma entiende lo difícil que
resulta esta situación. Entonces, acaso se olvidó el médico de la importancia
de escuchar a su paciente? Debemos recordar que el diagnóstico lo expresamos
los médicos al final de la consulta pero los síntomas los aportan nuestros
pacientes desde el principio hasta el final de la misma. Hay que escuchar
pacientemente al enfermo.
Como ser humano también he sido paciente y he experimentado lo que se
siente estar sentado del otro lado del escritorio. Es valioso escuchar al
paciente. Escuchar bien debe ser una necesidad que los médicos debemos
compartir hoy. Es fundamental volver a sintonizarnos con el enfermo y
escucharlos activamente. Dejemos de hablar lo suficiente como para saber
lo que los pacientes y sus seres queridos tienen por decirnos. En esto también
nos beneficiamos. Al paciente que escuchamos decir lo que siente, podremos
decirle lo que padece. Cuando le damos a nuestros pacientes la oportunidad de
contar su malestar y compartir sus preocupaciones nosotros podemos escribir un
mejor final en cada historia clínica.
Escucha a la pobre cucha, que aunque le falte una buena ducha, necesita de mucha escucha...
ResponderEliminarGracias por comentar Camilo. Saludos
EliminarHola Dr. Muy buena publicación. Es muy cierto que el médico se olvidó de interactuar con el paciente. Es precisamente el paciente quien tiene toda la información que se puede necesitar para llegar al diagnóstico y el paciente necesita saber que es respetado y comprendido por su médico. No solo es "dar con el chiste". Es muy acertado afirmar que el ojo clínico depende en gran medida de unos oídos atentos. Felicitaciones. Lo estamos siguiendo en Twitter por sus publicaciones. Lo invitamos a seguirnos en @EstudiarMedicin
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. Saludos
ResponderEliminarMuy bien redactado.Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias por dedicar tiempo a leerlo. Saludos!
ResponderEliminarSiempre te lo he dicho, me encanta como escribes.Excelente publicación,no hay nada mas importante que escuchar a nuestros pacientes, ellos son quienes tienen la información que necesitamos para hacer bien nuestro trabajo como medicos.
ResponderEliminarMuchas gracias Gise. Doy fe de tu vocación y dedicación en tu ejercicio médico. Tú tratas con dignidad a cada paciente, sin distinciones. Felicidades y gracias por comentar!
ResponderEliminarIt is a good post! ... Congrats!!! regards, @lunitamoons
ResponderEliminarComo paciente creo que es el medicamento que aunque no esté relacionado en la fórmula medica, mayor efecto surte al iniciar un tratamiento.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo! Si pudiera formularse haría mucho bien una dosis de "escuchar al paciente" cada 8 horas. Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
ResponderEliminarDR Johe Luis Rueda, soy Colombiano y me gustaría hablar con usted específicamente del campo medico y experiencia vividas por usted, muy buen documento.
ResponderEliminarEdgar Camilo, muchas gracias por tomarse el tiempo para leer y comentar mi publicación. Con gusto le dejo mi correo y cuenta de Twitter: rvanstrahlen@gmail.com y @JoheLuisTato. Allí puede escribirme o contactarme. Saludos.
ResponderEliminarexcelente publicacion y mas grato aun es saber que usted aplica lo que dice, trata a los pacientes con calidez y respeto. fue grato conocerle
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